Tom Otterness
Millipede, 2008
Cast bronze
Museum Commission with Student Government Association funds and private and corporate donors
Whether located in parks or subway stations, in front of courthouses or libraries, on streets or plazas, Tom Otterness’s public sculptures have a common aesthetic. Contrasting extremes of scale, substituting animals for people, and referencing myths and fairy tales, he imbues his works with an endearing playfulness that engages viewers’ attention.
Wichita State University’s Millipede originated as a smaller sculpture in an installation Otterness created in 2004 for Puerto Rico’s Camuy River Cave Park. Since then, he has produced multiple millipedes, each version possessing different attributes. The one at the Phoenix Convention Center in Arizona, for instance, is part of an installation, titled Social Invertebrates (2008), which also includes a bronze walking stick, a scorpion, tiny rounded humanlike figures, and a scattering of coins. The Wichita Millipede stands on a concrete apron across from the Ulrich Museum’s front entrance, bracketed by a key-shaped flower bed whose springtime tulips are a well-loved campus amenity. Although it is not installed among other Otterness creatures, it keeps deliberate company with its surroundings. As the artist explained in his proposal, the work is meant to connect metaphorically to the university as a whole and specifically to the other sculptures near it.
A millipede’s body is composed of linked segments working together and heading in one direction. . . . The content relates to the playful surreal birds and insects within [Joan Miró’s mural] Personnages Oiseaux. The Millipede within the tulip beds presents a symbiotic relationship – millipedes eat tulips in fact. The sectioned construction of the Millipede also relates to Andy Goldsworthy’s Wichita Arch.
Otterness’s knack for provocatively matching content to context is evident, for example, in the Millipede’s marching feet, which call to mind the notion of collective work. Note that half of them sport women’s heels while the other half wear men’s loafers, a configuration that would require coordination and cooperation in order to complete a task. A much-bigger-than-life insect boasting shoes pairs nicely with the morphed human (personnages) and bird (oiseaux) figures in the Miró mural. Furthermore, as Otterness’s proposal suggests, the Millipede relates organically to both the flower bed surrounding it and to Goldsworthy’s Wichita Arch, in which a growing tree marks the passage of time.
Here, as with all Otterness sculptures, interpretive possibilities abound. Children can incorporate Millipede into a world of make-believe. Someone who has read Alice’s Adventures in Wonderland might link this bronze creature with the quizzical, hookah-smoking caterpillar in Lewis Carroll’s book. A geologist looking at it would know that millipede fossils are among the oldest ever found. This potential to spark thoughts and conversations is what makes the Millipede an apt addition to a university campus, where meaningful exchanges of ideas foster discovery and learning.
Written for the exhibition, Art of Our Time (April 24, 2010 - August 8, 2010).
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Tom Otterness
Millipede (Milpiés), 2008
Bronce fundido
Encargo del museo con fondos de la Asociación de Gobierno Estudiantil y donantes privados y corporativos
Ya sea en parques o estaciones de metro, frente a juzgados o bibliotecas, en calles o plazas, las esculturas públicas de Tom Otterness tienen una estética común. Contrastando extremos de escala, sustituyendo animales por personas y haciendo referencia a mitos y cuentos de hadas, Otterness imbuye sus obras con una jovialidad encantadora que atrae la atención de los espectadores.
Millipede de la Universidad Estatal de Wichita se originó como una escultura más pequeña en una instalación que Otterness creó en 2004 para el Parque de las Cavernas del Río Camuy en Puerto Rico. Desde entonces, ha producido múltiples milpiés, cada versión con diferentes atributos. El que se encuentra en el Centro de Convenciones de Phoenix en Arizona, por ejemplo, forma parte de una instalación titulada Social Invertebrates (Invertebrados Sociales) (2008), que también incluye un bastón de bronce, un escorpión, pequeñas figuras humanas redondeadas y una dispersión de monedas. El Millipede de Wichita se encuentra en una plataforma de concreto frente a la entrada principal del Museo Ulrich, rodeado de un parterre en forma de llave cuyos tulipanes primaverales son un elemento muy apreciado en el campus. Aunque no está instalado entre otras criaturas Otterness, mantiene una conexión deliberada con su entorno. Como explicó el artista en su propuesta, la obra pretende conectarse metafóricamente con la universidad en su conjunto y específicamente con las otras esculturas cercanas.
“El cuerpo de un milpiés se compone de segmentos enlazados que trabajan juntos y se dirigen en una dirección... El contenido se relaciona con los pájaros e insectos joviales surreales presentes en [el mural de Joan Miró] Personnages Oiseaux. El milpiés en los parterres de tulipanes presenta una relación simbiótica: de hecho, los milpiés comen tulipanes. La construcción seccionada del Millipede también se relaciona con el Wichita Arc (Arco de Wichita) de Andy Goldsworthy.
La habilidad de Otterness para combinar de manera provocativa el contenido con el contexto es evidente, por ejemplo, en los pies en marcha de Millipede, que evocan la idea del trabajo colectivo. Observa que la mitad de ellos llevan tacones de mujer, mientras que la otra mitad llevan mocasines de hombre, una configuración que requeriría coordinación y cooperación para completar una tarea. Un insecto mucho más grande que el natural real con zapatos combina bien con las figuras humanas (personnages) y pájaros (oiseaux) transformadas en el mural de Miró. Además, como sugiere la propuesta de Otterness, el Millipede se relaciona orgánicamente tanto con el parterre que lo rodea como con el Wichita Arch de Goldsworthy, en el cual un árbol en crecimiento marca el paso del tiempo.
Aquí, como en todas las esculturas de Otterness, abundan las posibilidades interpretativas. Los niños pueden incorporar Milpiés en un mundo de fantasía. Alguien que haya leído Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas podría relacionar esta criatura de bronce con la oruga enigmática que fuma narguile en el libro de Lewis Carroll. Un geólogo al verla sabría que los fósiles de milpiés se encuentran entre los más antiguos hallados. Este potencial para generar pensamientos y conversaciones es lo que hace que Millipede sea una adición apropiada para un campus universitario, donde los intercambios significativos de ideas fomentan el descubrimiento y el aprendizaje.
Escrito para la exposición, Art of Our Time (Arte de nuestro tiempo) (24 de abril de 2010 - 8 de agosto de 2010).