Granite Weaving
Jesús Moroles
Granite Weaving, 1995
Granite
Museum Commission
The Ulrich Museum commissioned three sculptures, Granite Landscape, Fountain Wall, and Granite Weaving, during a renovation in 1994. By this time, Moroles was already well known as a sculptor, and granite had become his signature material. Moroles grew up in Texas, the son of two Mexican immigrants who taught him the value of hard labor. The eldest of six children, his parents took him with them to the cotton fields as a child, leaving him in the shade of the wagon where their output was weighed. From this beginning, they instilled a strong work ethic in their son—he has stated that “I don’t think that I’m a gifted person. I’m a very hard worker. . . through hard work, you can do what you want.” Perhaps it was this work ethic that drew him to sculpture, the only art class he took in college where he earned a B instead of an A. So, he took the class again.
This eventually led him to travel to Pietra Santa, one of Italy’s renowned marble quarries, where he learned from traditional carvers and truly fell in love with stone as a medium. His chosen material, though, is granite rather than marble—an extremely hard stone that requires diamond-edged tools and hours of intensive labor to shape. Moroles “tears” the granite, rather than cutting it, in order to preserve the reflective surfaces of the quartz flecks embedded in the granite. He describes the process like this: “When the granite tears, you can hear it coming. You hear this crackling getting faster and faster, and it races through the stone in a big rush. It’s like a mini-explosion that hits you right in the center of your being.”
All three sculptures at the Ulrich display Moroles’ facility and innovation with granite. Granite Weaving combines rough granite and more polished vertical lines that suggest humanity’s long history with stone. From prehistoric times, we’ve used it to make lintels and posts like the ones here. It may also remind you of a wide variety of other vertical shapes—Mesopotamian stone steles, Egyptian obelisks, even rows of skyscrapers in a big city. Its simplicity invites you to make your own associations with the forms.
Fountain Wall combines granite with water, activating the whole plaza with the sound of the traveling water, the glints of light reflecting off its surface, and the additional sheen it provides to the stone underneath. Granite Landscape contrasts the torn edges of the granite with smoothly surfaced tops. Its insistent horizontality might also remind you of the landscape of Kansas, like the gently undulating skyline of the Flint Hills.
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Jesús Moroles
Granite weaving (Tejido de granito), 1995
Granito
Encargo del museo
El Museo Ulrich encargó tres esculturas, Granite Landscape, Fountain Wall y Granite Weaving, durante una renovación en 1994. Para entonces, Moroles ya era conocido como escultor y el granito se había convertido en su material característico. Moroles creció en Texas, hijo de dos inmigrantes mexicanos que le enseñaron el valor del trabajo duro. Como era el mayor de seis hermanos, sus padres lo llevaban con ellos a los campos de algodón cuando era niño, dejándolo a la sombra de su carreta donde se pesaba su producción. Desde este comienzo, inculcaron una firme ética de trabajo en su hijo. Él ha afirmado que "no creo que sea una persona dotada. Soy un trabajador muy duro... a través del trabajo duro, puedes hacer lo que quieras". Tal vez fue esta ética de trabajo que lo atrajo a la escultura, la única clase de arte que tomó en la universidad en la que obtuvo una B en lugar de una A. Así que volvió a tomar la clase.
Esto finalmente lo llevó a viajar a Pietra Santa, una de las canteras de mármol más famosas de Italia, donde aprendió de talladores tradicionales y realmente se enamoró de la piedra como medio. Su material elegido, sin embargo, es el granito en lugar del mármol, una piedra extremadamente dura que requiere herramientas con punta de diamante y horas de trabajo intensivo para darle forma. Moroles “desgarra” el granito en lugar de cortarlo, para preservar las superficies reflectantes de los fragmentos de cuarzo incrustados en el granito. Describe el proceso así: "Cuando el granito se desgarra, puedes escucharlo venir. Escuchas estos sonidos crepitantes cada vez más rápido y se apresura a través de la piedra con un gran apuro. Es como una pequeña explosión que te golpea justo en el centro de tu ser".
Las tres esculturas en el Museo Ulrich muestran la habilidad e innovación de Moroles con el granito. Granite Weaving combina granito áspero con líneas verticales más pulidas que recuerdan la larga historia de relación entre la humanidad y la piedra. Desde tiempos prehistóricos, se ha utilizado para hacer dinteles y postes como los que se encuentran aquí. También puede recordarte una amplia variedad de otras formas verticales: estelas de piedra mesopotámicas, obeliscos egipcios, incluso filas de rascacielos en una gran ciudad. Su simplicidad te invita a establecer tus propias asociaciones con las formas.
Fountain Wall armoniza granito con agua, activando toda la plaza con el sonido del agua en movimiento, los destellos de luz que se reflejan en su superficie y el brillo adicional que proporciona a la piedra debajo. Granite landscape contrasta los bordes desgarrados del granito con superficies superiores lisas. Su horizontalidad insistente también podría recordarte al paisaje de Kansas, como el horizonte suavemente ondulado de las Flint Hills.